Titulo en españa: «El Apartamento»

• • Año: 1960
  • Duración: 125 min
  • País: Estados Unidos
  • Dirección: Billy Wilder
  • Guion: Billy Wilder, I.A.L. Diamond
  • Música: Adolph Deutsch
  • Fotografía: Joseph LaShelle (B&W)
  • Reparto Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray, Ray Walston, Edie Adams, Jack Kruschen, Joan Shawlee, Hope Holiday, David Lewis, Naomi Stevens, Johnny Seven, Joyce Jameson, Willard Waterman, David White

  • Productora: United Artists, The Mirisch Corporation

Qué nos cuenta:

• • C. C.  Baxter es un empleado de una compañía de seguros. Para conseguir ascender en la empresa, le presta su apartamento a diversos superiores. Pero todo cambiará cuando se enamora de Fran, una ascensorista que trabaja en el mismo edificio que él, y que es la amante de su jefe, al que también cede su apartamento.

Tipo de humor:

• • Comedia romántica

La crítica:

• • Es imposible hablar de comedia y no hacerlo de Billy Wilder (a.k.a. Dios, como se refirió a él de forma totalmente acertada Fernando Trueba). Y es más imposible aún hablar de comedia romántica y no hacerlo de la que, posiblemente, es la mejor de todos los tiempos. El tándem Lemmon/MacLaine borda lo que, sobre papel, sería un tremendo drama (chica intenta suicidarse por despecho hacia su amante y chico cuida de ella mientras se recupera), pero que en manos de Wilder y de I.A.L. Diamond se convierte en puro cine. Y ojo, no estamos hablando de una comedia llena de gags y situaciones desternillantes, sino de cómo el director es capaz de sacar oro puro de la historia de dos auténticos desgraciados. El timing de la actuación de Lemmon es un ejemplo de interpretación para cualquier actor que se precie, tanto por su expresión corporal a lo largo del film, como esa forma de disparar los diálogos al espectador como si fuesen palomitas de maíz calentándose en una sartén. Y la naturalidad de MacLaine como Fran Kubelik no le va a la zaga, consiguiendo componer un complejo personaje femenino que esconde una fortaleza inusual, a pesar de su candidez e inocencia. El triángulo lo completa un Fred MacMurray perfecto, como siempre, que borda el papel de jefe/amante simpático y zalamero, pero que esconde a un auténtico machista y despiadado ser humano. Y es que Wilder no sólo nos quiere contar una historia de amor, sino que nos está hablando del mundo en que vivimos, y de cómo la gente con poder pisotea y se aprovecha de los de abajo, jugando con ellos como peones, con total egoísmo y sin importarles las consecuencias. Añadiendo la fotografía en blanco y negro de Joseph LaSelle y la conmovedora o divertida, según toque, música de Adolph Deutsch, tenemos una de las grandes obras maestras de la comedia estadounidense, y de la historia del cine en general.

El momento:

• • Ese travelling que sigue a Shirley MacLaine corriendo hasta llegar al apartamento, y ese sonido de lo que cree ser una pistola. Si no sientes algo por dentro con ese movimiento de cámara, no tienes corazón.

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